martes, 12 de abril de 2016

El origen de la verdad

¿Has leído alguna vez un libro de detectives? ¿No? No sabes lo que te pierdes… Las intrigas te emocionan tanto que creas tu teoría para resolver le misterio. No paras de leer para ver si tu teoría coincide con la del investigador. Por cierto, uno de lo más famosos fue el detective Sherlock Holmes, personaje creado por Si Arthur Conan Doyle.

Los detectives, así como los filósofos, son expertos en la intuición. Su mente no se olvida de nada esencial descubriendo la unidad de los hechos para concluir con su acertijo.  A-lethe (sin olvido), significa no olvidar, pero no solo es la memoria del pasado sino que para es un hábito que conserva lo actual.

Aristóteles dio la solución a la aporía de Platón: ¿cómo se relaciona la mente con la verdad? Con un acto, (energeia); y ¿cómo es la realidad en sí? Otro acto (entelequia).

Asimismo Aristóteles resolvió la aporía de los hombres despiertos y dormidos con el concepto de potencia. El dormido está en potencia de conocer y el despierto está en acto.

Recuerda que para los filósofos hábito no significa solo costumbres o manía. Aristóteles define el conocer como un hábito, es decir, es un refuerzo adquirido, y por ser adquirido no remite a una vida anterior (como pensaba Platón) sino un refuerzo necesario en el pensar.

Los filósofos desean saber, aspiran a conocer y quieren estar informados a la vez. Son conscientes que todo ello es necesario para sus exploraciones por el mundo. Para ser filósofo no se necesita tener una memoria tipo como las máquinas, sino tener una experiencia de vida intelectual o hábito para tener una visión global. ¿Ustedes que quieren ser? ¿sabios?, ¿científicos?, ¿personas informadas?, ¿filósofos?


 Entrevista a Aristóteles

P: Periodista / Ar: Aristóteles

P. ¡Buenos días Aristóteles! ¡Qué honor tan grande es hablar con ud. el mayor de los filósofos griegos! Claro, sin olvidar que sin ser propiamente griego sino Macedonio, que en ese momento tenía hegemonía sobre las ciudades griegas; y maestro de Alejandro Magno, el iniciador del Helenismo. Pero cuéntenos, ¿qué recibió de la herencia griega?

Ar: Recuerda que Platón buscaba una visión global de las cosas, es decir buscaba lo universal (To Katholou) que atribuye a Sócrates.

P: ¿Y cómo llegamos a esta intuición universales, que los medievales llamarán quiditas, es decir, cómo llegamos al quid del asunto?

Ar:  A través de la abstracción. Lo universal y los global son epagógicos, es decir, a través de una línea que asciende progresivamente desde lo sensible hasta lo universal y el orden. El conocimiento de esencias y el conocimiento de lo global son dos niveles alcanzables por la mente humana.

P: Entonces, por lo que entiendo la mente filosófica debe tener buena memoria, no es como una mariposa que va de flor en flor sino que es recolectora, y tiene muchas cosas a la vez.

Ar: Exactamente. Filosofar implica estar atento; pero no basta la memoria intelectual (como banco de datos) sino que el conocimiento es hábito, es decir, no sólo no olvida (a letheia) sino que conserva lo actual, lo extra temporal. Ojo: sin recurrir, como hizo Platón, a una vida anterior, sino a una novedad, que lo llamará .

P: Entonces, ¿el conocer dormido y el despierto en Platón, ahora ud, lo explica con la diferencia entre conocer en acto y conocer en potencia?

Ar: Sí, en efecto, El nous es capaz de conocer la esencia  pero de entrada, como pura capacidad, no la conoce; cuando conoce lo inteligible, el nous está en acto.

P: Y esto resuelve la aporía planteada en el Parménides, donde se pensaba que lo mismo es ser y pensar; pero si son en sí ¿cómo se establece el puente? Recuerdo que Platón lo resolvió con la teoría de la participación... pero con esto simplemente alargaba el problema.

Ar. Efectivamente, recuerda que el acto es una palabra latina en la que se vierten dos palabras griegas diferentes: enérgeia (energía) y entelquia (entelequia). La enérgeia es el acto del noús en tanto que posee la verdad. la realidad en tanto que verdadera en sí es la entelequia. No es lo mismo una montaña en acto y el acto de conocer la montaña.

P: Claro, no es lo mismo conocer un eclipse que un eclipse real. Pero entonces, ¿qué tan real es conocer?

Ar: El acto de conocer es real, pero no como una cosa en sí.  Las cosas en sí (inseidad) no se conocen entre sí. ¡Debemos admitir que el acto de conocer es muy peculiar!