jueves, 28 de noviembre de 2013

Falacias: trampas no tan fáciles de reconocer


"De política, religión y sexo no se debe hablar" reza la política de muchas empresas. Sin embargo,  ¿por qué es políticamente incorrecto discutir o dialogar de una manera racional sobre estos temas? Quizá porque nos enfrascamos en las pasiones y esto ciega la argumentación. Una discusión sin objetivo y sin fin... Por eso lo básico para poder hablar de cualquier tema debatible o de opinión, lo primero es reconocer las falacias.

Le reconozco la monero, que lo cito a continuación, su perspicacia para captar las falacias y ridiculizar algunos argumentos de los religiosos, astrólogos, psicoanalistas y esotéricos. No cabe duda que él sí comprendió la falacia, sin embargo, no todo su público tiene esa habilidad lógica. He aquí algunas de las falacias incluidas en sus chistes y su análisis racional para todas aquellas personas que quieran detectar lo falaz en cada chiste.


Falso dilema: Se ofrece un número limitado de opciones (por lo general dos), cuando en realidad existen más opciones.

Desde la ignorancia: Se trata de un caso especial de falso dilema, dado que supone de todos los enunciados sabemos que son verdaderos o que sabemos que son falsos.


Bola de nieve o pendiente deslizante: Para mostrar que un enunciado a es inaceptable, se ofrece una serie de enunciados cada vez más inaceptables que se suponen que se siguen de a.

Cuestión compleja: Dos puntos que no tienen relación se unen y se presentan como un único enunciado. Se espera que el interlocutor acepte o rechace ambos a la vez, cuando en realidad puede aceptarse uno de ellos sin aceptar el otro.


Recurso a la fuerza (argumentum ad baculum): Se advierte al interlocutor de las desagradables consecuencias que tendrá para él no aceptar la opinión presentada.

Consecuencias (argumentum ad consequentiam): Se señalan las consecuencias desagradables de un enunciado para mostrar que es falso.


Prejuicios: Se recurre a términos emocionalmente cargados para apoyar una tesis

Popularidad (argumentum ad populum): Se sostiene que un enunciado es cierto porque mucha gente está de acuerdo con él o porque es la manera de pensar de algún segmento cualificado de la sociedad.


Ataque a la persona (argumentum ad hominem): Se ataca a la persona que presenta un argumento en lugar de atacar el argumento.



Recurso a la Autoridad (argumentum ad verecundiam): Aunque a veces puede ser adecuado citar una autoridad para apoyar una tesis, a menudo no es así.

Autoridad anónima: No se nombra a la autoridad en cuestión. Se trata de un tipo de recurso a la autoridad porque cuando no se nombra a la autoridad es imposible confirmar si se trata de un experto. Sin embargo la falacia es tan corriente que merece atención especial.

Forma antes que contenido: La manera en que se presenta un argumento es tomada como respaldo de que la conclusión debe ser cierta.

Falacias inductivas:El razonamiento inductivo consiste en concluir algo sobre las propiedades del conjunto de una población a partir de una muestra.

Falsa analogía: En una analogía dos objetos o acontecimientos A y B se consideran parecidos. Entonces se argumenta que como A tiene la propiedad P, también B debe tener la propiedad P. Una analogía falla cuando los dos objetos A y B son diferentes por lo que respecta a tener la propiedad P.

Inducción indolente: A pesar de las pruebas se niega la conclusión adecuada de un argumento inductivo.

Falacia de exclusión: No se presenta información relevante que puede socavar el argumento inductivo.

Falacias de generalización estadística: Una generalización estadística es un enunciado que por lo general es verdadero, pero que no siempre lo es.

Accidente: Se aplica una regla general cuando las circunstancias sugieren que se trata de una excepción.

Accidente inverso: Se aplica una excepción a una generalización cuando no debería hacerse.

Falacias causales: Es corriente que un argumento concluya que una cosa es causa de otra. Pero la relación entre causa y efecto es una relación compleja. Es fácil equivocarse.

Correlación casual (post hoc ergo prompter hoc): El nombre en latín significa "después de esto, por tanto a causa de esto".

Efecto conjunto: Se dice que una cosa es causa de otra cuando en realidad las dos son efectos de una misma causa subyacente.

Causa insignificante: Lo que se alega como causa es una causa genuina, pero insignificante comparada con las otras causas del fenómeno.

Dirección equivocada: Se invierte la relación entre causa y efecto.

Causa compleja: El efecto es causado por varios factores, entre los cuales el alegado es solamente uno más.

Petición de principio (petitio principii): La verdad de la conclusión está dada por supuesta en las premisas. A menudo las premisas son otra manera de expresar la conclusión.

Conclusión irrelevante (ignoratio elenchi): Un argumento que se supone que prueba una cosa prueba en realidad otra.

Hombre de paja: Consiste en atacar un argumento que es diferente, y por lo general más débil que el
argumento principal del oponente.

Falacias por ambigüedad: Las falacias de esta sección tienen su origen en que una palabra o expresión se usa de forma poco clara.

Equívoco: La palabra o expresión se usa con dos significados.

Anfibología: Sucede cuando la construcción de una frase hace que se pueda interpretar de dos maneras.


Énfasis: Se hace hincapié en un aspecto que cambia el significado usual de una expresión.

Composición: Como los miembros de un conjunto tienen una determinada propiedad, se argumenta que el conjunto debe tenerla.

División: Como el conjunto tiene una determinada propiedad se concluye que cada una de sus partes
debe tenerla.

Afirmación del consecuente: Son inválidos los argumentos de la forma siguiente:
Si A entonces B. B. Por lo tanto A

Negación del antecedente: Son inválidos los argumentos de la forma siguiente:
Si A entonces B. No A. Por lo tanto, no B.

Inconsistencia: Se afirman a la vez enunciados que no pueden ser verdaderos todos a un tiempo.