lunes, 20 de junio de 2016

Antecedentes históricos: 3 movimientos ideológicos

Existen tres poderes fundamentales: económico, político (intereses eugenésicos de gobierno global) e ideológico. Una propuesta que ha venido influyendo en nuestra vida diaria de una manera asombrosa. Los resultados han sido evidentes en América Latina: 1950: 5.9 hijos; 2001: 2.5 hijos; 2010: 2.1 hijos y el objetivo para el 2050: 1.9 hijos. Hoy estamos ya en los objetivos que están cumpliendo. Nos hemos convencido que a los hijos hay que tenerle miedo. Más común el divorcio y la unión libre. Se manejó la familia numerosa como pobre, sufrida, acongojada; y la familia feliz con dos hijos. Aparecen casas pequeñas "el modelo americano".


A los varones adolescentes se les educa: 1) tú no eres capaz de ser responsable de tus actos; 2) tus actos no tienen consecuencias; 3) la mujer es un objeto que se usa. Si los adolescentes no pueden tomar decisiones sobre su cuerpo no harán decisiones sobre estudio y trabajo. Al "nini" es fácil manipularlo porque no saben qué hacer, son vulnerables y violentos, sin meta a qué seguir.

La propuesta: <Hacia la nueva estructuración de procesos culturales> tiene dos pasos: El primero paso ya se ha logrado: la esterilización de enfermos degenerados; colocar a la mujer como pieza clave de la nueva humanidad; y percibir a la Iglesia como principal enemiga del progreso humano. En la conferencia del Cairo en 1994 aceptaron el aborto y derecho sexual y reproductiva. Todas las constituciones aceptaron el concepto de salud sexual.

Segundo paso de la política global: Redefinir la igualdad: . En Beijing: se trata negativamente el matrimonio, familia y maternidad. Derecho sexual sin llegar al matrimonio. Buscan eliminar discriminación en la homosexualidad.

El dominó que tiene la ideología de género en latinoamericana: primero debe caer en México (Guadalupano), Colombia (conservador y católico) y Argentina (marca hitos musicales) para luego llegar a los demás países.

¿Cómo surgió y sobre qué bases filosóficas está postulado?


La ideología de género nace de una corriente sufragista con el derecho al voto y a la participación pública de la mujer. Después de la ilustración[1] surgen tres olas de pensamiento la 1) filosofía ilustrada o sufragista de 1840- 1920; la 2) filosofía liberal sufragista 1960- 1980; y la 3) filosofía contemporánea 1990's.

La primera ola se refiere al feminismo liberal angloamericano con raíces protestantes que hace énfasis en el individuo e ignora la importancia de la familia y la comunidad. Olimpia de Gouges (1791) y Mary Wollstonecraft (1792) fueron los íconos en Estados Unidos. En 1920 aprueban el voto femenino en Estados Unidos, que en Europa aún no se lograba.

Este feminismo moderno nace con la Revolución Francesa con una mujer De Gouges[2] , hasta entonces desconocida, que fracasó en la defensa de la liberación de los esclavos. En la "Declaración de los derechos de la mujer y ciudadana encontramos que este documento exige para las mujeres también los inalienables derechos de libertad e igualdad proclamados por la Revolución Francesa"[3].

Mary Wollstonecraft precursora de la filosofía feminista hace hincapié en muchos círculos. La mujer además de las tareas domésticas debe gestionar dinero y tener acceso a la vida pública. Si tuviera más educación sería más fuerte.  En la Declaración de los derechos de la mujer y ciudadanía encontramos:

"Las primeras feministas pensaban que una misma educación para hombres y mujeres daría lugar a la igualdad entre ambos sexos, pero Mary Wollstonecraft va más allá, pidiendo que las leyes del Estado se usaran para terminar con las tradiciones de subordinación femenina, y fuera el Estado quien garantizara un sistema nacional de enseñanza primaria gratuita universal para ambos sexos.  (...) Las mujeres con educación podían haber "practicando la medicina, llevado una granja, dirigido una tienda, y sería independientes y vivirían de su propio trabajo. (...) Además, si se educa a las mujeres para la dependencia, es decir, para actuar de acuerdo con la voluntad de otro ser falible y se somete al poder, recto o erróneo"[4].

La segunda ola cobró fuerza en los años 60's marcada por la obra: de Simone de Beauvoir y la ilusión femenina de Betty Freidan. Estos textos tiene ideas liberales y socialistas. De Beauvoir  afirma: “La mujer que es la más individualizada de las hembras, aparece también como la más frágil, la que más dramáticamente vive su destino y la que más profundamente se distingue de su macho (...) La gestación es una labor fatigosa que no ofrece a la mujer un beneficio individual, y le exige, por el contrario pesados sacrificios"[5].

 En 1949  Simone de Beauvoir publica el fundamento del feminismo en Europa. Para ella la mujer debe recuperar lo que el patriarcado le ha robado. Durante la Universidad renuncia al matrimonio porque éste subyuga; rechaza la maternidad y ejerce como profesora porque le encanta enseñar. Para De Beauvoir el matrimonio es . Su mayor deleite es leer y desobedecer de manera sostenida.

Esta segunda ola se basa en el estructuralismo (nada es objetivo, todo es construido); el marxismo con Marx y Engels; y el psicoanálisis con Freud. “No se nace mujer: se llega a serlo. Ningún destino biológico, psíquico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; es el conjunto de la civilización el que elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado que se le califica de femenino. Únicamente la medicación de otro puede constituir a un individuo como Otro"[6].

En su obra busca conseguir abolición de toda jerarquía (la mujer frente al varón; e hijos frente a padres). Se pasa de la lucha de clases entre ricos y pobres; empresarios, obreros a la lucha entre hombre y mujer. Se habla que las mujeres son la primera propiedad privada y la opresión de los hombres a las mujeres.  “En el origen de la familia. Engels rastrea la historia de la mujer con esta perspectiva: dicha historia depende esencialmente de las técnicas. (…) En esta división primitiva del trabajo, los dos sexos constituyen ya, de algún modo dos clases: entre estas clases hay igualdad; mientras el hombre caza y pesca, la mujer permanece en el hogar. Entonces el hombre recurre al servicio de otros hombres a los cuales reduce a esclavitud. Aparece la propiedad privada: dueño de los esclavos y de la tierra, el hombre se convierte el propietario de la mujer”[7].

Así, comienzan los planteamientos de liberación sexual de igualdad por medio de anticonceptivos, aborto y promiscuidad tal como lo hace el hombre. Betty  Freidan (1963) planea la reconciliación entre la profesión y el hogar. En su obra "La ciudad de las damas" afirma que la mujer que no se cultiva se atrofia. Friedan logra que se diga: la mujer no debe ganar menos dinero por ser mujer. El esquema laborar de 40 horas a la semana debe reducirse a 30 horas para que pueda trabajar y vivir; defiende periodos de maternidad sin perder sueldo pero también funda la primera clínica abortista.



La tercera ola está representado por Judith Butler con su obra: "El género en disputa" que publica en 1989 y en 1990 se convierte en un .  Intelectual que sostiene el movimiento lésbico gay, apoyada por muchos intereses económicos. Los filósofos que influyeron en ella fueron: Derridá (yo puedo construir lo que me dé la gana, sin límite) Lacan y Foucault (la conducta sexual es construida).

 Para Judith Butler el movimiento feminista no se ha unificado porque no se ha aceptado a lesbianas. Radicaliza a De Beauvoir: el dato biológico (sexo) no importa porque esta es una idea originaria de un sistema de hegemonía patriarcal que a condicionado a la mujer. "Tener género significa haber establecido ya una relación heterosexual de subordinación"[8]. Esa idea originaria de la heterosexualidad es el primer prejuicio.

Butler quizá pensando en su tío se pregunta: ¿por qué a mi tío lo segregaron? Así postula que la homosexualidad es originaria. Muchos minorías segregadas de homosexuales y lesbianas están condenadas a vivir vidas inhabitables. "Si bien pienso que ganarse el reconocimiento de la propia condición como minoría sexual es una ardua tarea en el marco de los discursos dominantes del derecho, la política y el lenguaje, sigo considerándolo una necesidad para sobrevivir. No es posible ninguna revolución política sin que se produzca un cambio radical en nuestra propia concepción de lo posible y lo real"[9].

Butler afirma que la sociedad está construida por roles sexuales en el tabú del incesto. Afirma que para Levi Strauss el incesto se presenta en todas las sociedades. Por lo tanto no habría porqué prohibirla. "Ya hemos descrito los tabúes del incesto y el tabú contra la homosexualidad como los momentos generativos de la identidad de género, las prohibiciones que generan la identidad sobre las rejillas culturalmente inteligibles de una heterosexualidad idealizada y obligatoria"[10]

La sociedad impone la heterosexualidad como natural pero en realidad es obligada. ¿por qué las normas? Si las normas son un constructo. Si uno nace homosexual entonces la norma es impuesta. Cada una de las realidad hay que desmontarlas y luego subvertirlas; es decir, primero destrozar y luego rehacer. Con esta idea de "subversión de la identidad" Butler logra unir los dos movimientos: el feminismo (quienes quieren ejercer su sexualidad con libertad sin un varón a su lado); y por otro la homosexualidad (quienes se preguntan ¿por qué me condenan por mi sexualidad?).  

Para Butler el sujeto es inestable pero esta inestabilidad es permanente y de ahí yo puedo construir. “Hay que tener en consideración que el género, por ejemplo, es un estilo corporal, un acto, por así decirlo, que es al mismo tiempo intencional y performativo (donde performativo indica una construcción contingente y dramática del significado)[11].  Así concluye que la identidad no expresa una realidad sino que sólo se manifiesta de manera contingente. "Si los atributos de género no son expresivos sino performativos, entonces estos atributos realmente determinan la identidad que se afirma que manifiestan o revelan"[12].



[1] En 1679 Francois Paulain de la Barze publica: "Discurso físico y moral de la igualdad de los 2 sexos", "De la educación de las damas" donde explica que la mujer debe ser educada de la misma forma si no la sociedad pierde; y "De la excelencia de los libres sin igualdad de los sexos" donde da respuestas a los argumentos que defiende la vida pública de los hombres y la vida privada de las mujeres. En 1765 John Locke publica "Carta sobre la Tolerancia" donde privilegia la libertad individual contra la norma del estado y de la religión porque coaccionan al individuo.  En  1789 se declaran los derechos del hombre y del ciudadano. En 1790 Condorcet publica: "Defensa de la admisión de las mujeres al derecho de ciudadanos. En 1791 se escribe la Constitución. En 1896 John Stuar Mill y Harriet Taylor Mill escriben "La esclavitud femenina". Donde explica que no hay argumentos para negar el voto a las mujeres y la educación del mismo nivel. Explica que si la libertad es buena para el hombre también debe ser buena para la mujer porque tienen la misma naturaleza y por lo tanto los mismos derechos.
[2] En su obra: "La esclavitud de los negros" se burla de que los negros sean inferiores y dice que los negros son más fuertes y más capaces que sus amos. La encarcelan en la Bastilla, pero la logran liberar por la admiración que tiene entre los intelectuales. Saca folletos para levantar a las mujeres "Si la mujer puede subir al cadalso también debe subir al estrado".
[3] Olympe de Gouges. O., Declaración de los derechos de la mujer y ciudadana, Revista UAM, Iztapalapa. p. 77.
[4] Wollstonecraft Mary. Vindicación de los derechos de la mujer. Ed. Cátedra-Instituto de la mujer. Colección: "Feminismos clásicos", edición de Isabel Budiel. p. 2
[5] De Beauvoir., El segundo sexo, p. 12-13
[6] De Beauvoir., El segundo sexo, p. 87
[7] De Beauvoir., El segundo sexo, p. 19
[8] Butler j., El género en disputa, Paidós, Barcelona, 2007, p. 15
[9] Butler j., El género en disputa, Paidós, Barcelona, 2007, p. 28
[10] Butler j., El género en disputa, Paidós, Barcelona, 2007, p.  p. 265.
[11] Butler j., El género en disputa, Paidós, Barcelona, 2007, p.  271
[12] Butler j., El género en disputa, Paidós, Barcelona, 2007, p.  275.

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