martes, 12 de junio de 2012




¿Qué es eso de pensar?

Pedro: Hola Juan, ¿cómo amaneciste hoy?

Juan: Hola. Precisamente, me estaba preguntando sobre lo que hacemos todos los días por la mañana.

Pedro: ¿A qué te refieres?

Juan: A que despertemos diariamente a la vida ordinaria. Aún antes de abrir los ojos, ya ciertos ruidos se adelantan a nuestro mirar para decirnos que “afuera” está llamando nuestro diario existir.

Pedro: Claro. El tic-tac del reloj nos hace ver la hora. Nos desperezamos, nos incorporamos, porque las cosas que nos rodean excitan nuestros sentidos, nos mantienen despiertos, nos ponen en movimiento... ¿Qué hay de extraordinario es eso?

Juan: Alguna vez te has preguntado: ¿Qué es lo que ha permitido que de pronto, sin pensar en ello, estemos tomando café, bien caliente, en la cocina? ¿Qué es lo que nos ha llevado a la puerta, lo que nos ha permitido recoger el periódico y estar aquí a punto de agotar el café que nos hemos preparado?

Pedro: Pues, la verdad no. Supongo que la costumbre o educación que hemos recibido... aunque lo que me preguntas me recuerdo a uno de los grandes sabios de la antiguedad o filósofos quienes tienen fama de ser muy despistados.

Juan: ¿A quién te refieres?

Pedro: “Se cuenta que Tales de Mileto, ocupado en la astronomía, y mirando hacia lo alto, cierta vez cayó en un pozo, y que una sirvienta de Tracia, de espíritu alegre y burlón, se rió diciendo que él, al afanarse por saber lo que veía en el cielo, se olvidaba de lo que tenía delante y a sus pies”.

Juan: ¡Exactamente! Se trata de un párrafo tomado de los diálogos de Platón, cuyas páginas contienen toda una reflexión encaminada a definir lo que es el saber bien fundado.

Pedro: ¿Y cómo distinguir entre un saber bien fundado como el de los grandes filósofos y un saber común como el de desayunar, que es una de las tantos instintos que satisfacemos diariamente?

Juan: Pues que en el saber común, que es un saber de la vida ordinaria, asegurados por nuestros instintos nos movemos atendiendo a las necesidades, los hábitos, los usos y las costumbres. Como por ejemplo la costumbre de cantar mientras nos bañamos...

Pedro: O como yo que soy un hombre muy práctico, y me dedico a los negocios.

Juan: Exactamente, el carácter práctico o pragmático del saber común en la vida cotidiana es un saber todavía irreflexivo, el saber constantemente originario de un mundo que se nos enfrenta rodándonos de cosas-instrumentos, de cosas-útiles, de cosas que “están a la mano” y sirven o no sirven según el área general dentro de la cual nos movemos.

Pedro: ¿Pero es que no hay en medio de todo esto una facultad de pensar?

Juan: Sin duda, en el diario ir y venir, llevamos nuestra razón, en tanto que facultad para pensar, a todas partes, es decir, cada uno en nuestra vida nos detenemos y formulamos nuestras propias convicciones de todo lo aprendido en la escuela, las costumbres y cultura recibida.

Pedro: ¿Entonces qué es lo que distingue el saber práctico y el pensamiento reflexivo? ¿Qué hay entre esos dos?

Juan: Cuando el pensar logra hacer un juicio de certeza y permanece así, en calidad de asomo a la verdad, entonces es cuando estamos en presencia del sentido común.

Pedro: ¿Y qué eso del sentido común?

El sentido común es el saber pre-reflexivo de la inteligencia humana, situado entre el saber común irreflexivo y el saber de contemplación reflexiva hacia el cual tiende.

Pedro: Pero como dicen, ¡el sentido común es el menos común de todos los sentidos!

Juan: Claro. De hecho, el saber del sentido común presenta un aspecto negativo: cediendo no pocas veces a los imperativos propios de la acción, a las decisiones que tenemos que adoptar en cada paso, deja de ser libre y queda regulado por todas las normas, las costumbres, las creencias y aún las supersticiones.

Pedro: Dado esta ambigüedad del sentido común, ¿no acaso entonces necesitamos de un saber más consistente y más profundo?

Juan: Claro. Por eso la actitud filosófica fue y sigue siendo, desde hace unos veintiséis siglos, el comienzo y el origen de toda interpretación inteligente y bien fundada que pueda realizarse. La actitud filosófica es precisamente el camino por el que la inteligencia humana puede liberarse de la magia, de los mitos, de las supersticiones y de toda práctica rudimentaria que aparenta ser un cimiento de lo útil y lo perfectible.

Pedro: Qué interesante. Y pensar que para muchos es sólo perder el tiempo. Nos vemos en la próxima sesión y espero a que me expliques más sobre esto de filosofar.

Juan: Hasta pronto.

viernes, 4 de mayo de 2012

                       Tenerlo o no tenerlo: ésa es la cuestión



Brenda de 18 años y su novio Irán de 22 están esperando su cita para hacerse un legrado. Verónica de 16 espera su turno para hacerse el “aspirado” mientras las pastillas le hacen efecto para el desprendimiento. Imelda de 17 y su madre hicieron fila desde las 4 de la mañana para alcanzar ficha y así interrumpir su embarazo legalmente (ILE) como lo definen.

Las clínicas materno-infantil del D.F dan la democrática opción de forma gratuita a todas las mujeres del país: la opción de tener un hijo o de deshacerse de él. El consultorio para dar a luz es contiguo al del aborto. 

Si la paciente pregunta: qué se le hará, ellas dirán que el producto se dormirá y se lo extraerán. Sin embargo, acerca de la operación, riesgos y malestares psicológicos nadie menciona nada, ya que sólo se limitan a responder: “de lo que le harán ya se enterará en su momento”.

Lo cierto es que la información que cualquier persona que llegue a solicitar un aborto es muy diferente afuera de la clínica (módulo de pro-vida) que adentro. Adentro sólo recibirá la información sobre los diversos métodos dependiendo las semanas del “contenido uterino”. Además, el trato de las enfermeras es rudo e insensible hacia las mujeres y no permiten que observen a su bebé en el ultrasonido. Finalmente, se le hace firmar una carta de pleno conocimiento y libertad del procedimiento “ético” que llevarán a cabo los doctores y enfermeras de la clínico materno-infantil.

Sin duda, la palabra obligación: pasó de moda. Anatema es que “alguien” obligue a otro a hacer algo en este siglo. ¿Será que preguntar su nombre y la posible solución para su “problema” sería ir en contra de su libertad? ¿se le estaría “obligando” a ser madre con sólo mostrarle una solución  para seguir adelante con su embarazo?

Con esta duda, nos acercamos a Irma de 22 años, quien preguntaba a la señorita de afuera con duda y nerviosismo sobre el procedimiento, secuelas y riesgos que tendría su operación que le harían al siguiente día a primera hora de la mañana. Ella nos contestó que sólo necesitaba un empleo en el que pudiera trabajar con su hijo de un año y  que no la despidieran por estar embarazada.  Nos acercamos a ella y le ofrecimos un empleo de 150 pesos por medio día. Irma accedió y canceló la cita del aborto del martes 2 de mayo para seguir adelante.

Mi pregunta es: ¿realmente el aborto es un avance en la democracia y la “libre elección”?; ¿hemos avanzado en materia de equidad de género en el trabajo para quienes deseen trabajar y ser madres al mismo tiempo?, ¿es cuestión del estado, de la sociedad, de las asociaciones civiles o de todos los ciudadanos en conjunto de buscar y ofrecer una alternativa en materia de empleo, equidad de género y así evitar acudir a la violencia como primera solución?

sábado, 1 de octubre de 2011

Ideas para prevenir el aborto

1. Iniciar una campaña inteligente para que los adolescentes eviten embarazos prematuros. Las campañas que hasta hoy hemos visto promocionan el uso del condón. Mensajes del tipo “póntelo, pónselo” o “ejerce tus derechos sexuales y reproductivos” sólo invita a entrar a un mundo de supuestos triunfadores que ejercitan su sexualidad donde la abstinencia es una suerte de aberración. Señores y señoras: no es lo mismo enunciar una campaña para adolescentes que no que no han empezado a ser sexualmente activos y a personas que se dedicaban al comercio del sexo. “Si la promoción del uso del condón (reducción de riesgo) no se lleva a cabo de forma cautelosa, en realidad, puede fomentar una falsa sensación de seguridad en los jóvenes, así como, paradójicamente, conducir a un aumento de las conductas de riesgo y su vulnerabilidad: por ejemplo, iniciación sexual a una edad temprana, mayor número de parejas sexuales. Este fenómeno se conoce como ”. (De Irala, 2007).

2. Los jóvenes deciden tener relaciones sexuales porque creen que eso los hará el (la) más popular, porque todos lo hacen, porque es divertido o por que los hacen sentir más hombres o más mujeres. Las presiones vienen de todas partes… de los anuncios publicitarios, de los amigos, las películas, la televisión, las canciones y los libros. ¿Como contrarrestar ese poderoso mensaje? Simple: hay que mostrar lo que en verdad hace la promoción del uso del condón: Cada año, más de 1,000,000 de adolescentes quedan embarazadas; Las adolescentes son más propensas a problemas de salud durante el embarazo. Los bebés de madres adolescentes tienen mayor probabilidad de nacer con serios problemas de salud. Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) han alcanzado proporciones epidémicas. La abstinencia, o no tener relaciones sexuales, es el único medio 100% eficaz contra herpes, sífilis, gonorrea, clamidia y VIH/SIDA. Uno de cada cuatro adolescentes sexualmente activos se contagia de una de estas enfermedades. (De Irala ,2007).

3. Pensemos en la llamada violencia de género, el sexismo, la discriminación, el fracaso escolar, la falta de ejercicio, la comida basura, el problema de la bebida y de la conducción, del tabaco y de otro tipo de drogas. ¿Cambiarían estas conductas por una campaña de información? No podemos limitarnos a darles información y eslóganes; debemos ayudarles a interiorizar los buenos valores, así como a desarrollar las aptitudes, o las costumbres, que se corresponden con éstos. Y éste no es el trabajo de un programa concreto.

En ningún país africano se ha conseguido reducir la incidencia del VIH con programas basados exclusivamente en la promoción del condón, mientras que aquellos países que han integrado ‘A’ y ‘B’ en programas nacionales integrales han logrado reducir la incidencia del VIH[1]. El autodominio es imprescindible para tantas facetas de nuestras vidas: practicar un deporte, continuar una amistad, aprender una lengua extranjera o mantener una dieta equilibrada. (De Irala, 2007).

3. El deseo de tener relaciones sexuales es normal, no se debe culpabilizar el deseo. El deseo de que las primeras relaciones sexuales sean de calidad, dejen un buen recuerdo es prácticamente universal. Pregúntate a ti mismo: ¿No es mejor esperar y tener relaciones sexuales con mi pareja de toda la vida?

Una relación sin amor se banaliza por una ausencia de significado, deja de ser un lugar de encuentro entre personas si se limitan a la búsqueda mutua de placer, corre el riesgo de sentir desprecio por la otra persona utilizada como objeto acompañado de indiferencia, falta de respeto y hasta violencia. Una relación con amor pero sin compromiso puede: acelerar la relación, exigir una vida en común y se hace más difícil replantearse la relación; donde sólo lo único compartido es la sexualidad, se experimenta inseguridad por la ausencia del compromiso y bloqueo de la madurez. ¡Acéptalo! Las relaciones sexuales entre adolescentes son un riesgo para tu cuerpo, para tus emociones y para tu futuro. (De Irala, 2007).

3. ¿La cohabitación?

Las recomendaciones para quienes a pesar de todo quieren cohabitar son reveladoras: no se aprende a amar mejor con múltiples experiencias, es más bien un predictor de fracaso (aumenta en un 46%), cuanto más largo, se fija la costumbre/norma de “bajo nivel de compromiso” y esto dificulta el mantenimiento del compromiso del matrimonio, uno de los dos no es el padre biológico y aumenta el riesgo de problemas. Hace que el matrimonio sea menos frecuente, que sea menos exitoso si ocurre, acaban siendo más favorables al divorcio, menos entusiastas ante el matrimonio y la paternidad. La cohabitación seriada le hace a uno “tolerante” a la infelicidad y más fácilmente “tolerante” al cambio ante problemas que de otra manera se podrían solucionar. (De Irala, 2007).


4. “¿Qué Debo Saber Sobre Las Relaciones Entre Chicos Y Chicas?” Que son fantásticas…pero las buenas relaciones no se hacen de la noche a la mañana. Toman tiempo y el sexo no es lo que hace que una relación se desarrolle bien. Mantente alerta a frases como: "Si de veras significo algo para ti, tendrás relaciones sexuales conmigo". No es necesario tener relaciones sexuales para demostrarle a otra persona que te gusta o que la quieres. El sexo nunca debe usarse para devolverle un favor a otra persona… sólo basta con decir "gracias". Cuando se comparten buenos ratos, ideas, creencias, sentimientos y, sobre todo, cuando hay respeto mutuo, se fortalece la relación. Decir "NO" puede ser la mejor manera de decir "TE QUIERO".

5. "¿Dónde Puedo Encontrar La Información Que Necesito?” Si deseas más información o ayuda, habla con una persona que se preocupa por ti. Habla con tus padres, con un hermano o hermana mayor, con otros miembros de la familia, o con una persona adulta que te escuchará y te dará buenos consejos. Hay personas y organizaciones en tu comunidad dispuestos a ayudarte – el médico de familia, tu sacerdote, ministro o rabino, la enfermera o consejero escolar, o profesionales de la salud. (U.S. DEPARTMENT OF HEALTH & HUMAN SERVICES, 2003).



[1] Stoneburner RL, Green T, Hearst N, McIlhaney J., Evidence that Demands Action; Comparing Risk Avoidance and Risk Reduction Strategies for HIV Prevention. Patricia Thickstun KH, editor: The Medical Institute, 2004.

jueves, 21 de octubre de 2010

10 normas de la gente “bien”

Si bien es cierto que la convivencia puede ser difícil, mucho de esto se debe a que a veces hacemos o dejamos de hacer cosas que facilitan o entorpecen una convivencia agradable. Evitar fumar en zonas cerradas o públicas se convirtió en ley, precisamente por la falta de evidencia por parte de los fumadores, en quienes la costumbre y su falta de control, los ciegan a ver con claridad el daño y lo desagradable que resulta estar juntar a ellos.

¿Qué es lo que hay de evidente o natural en las normas de conducta social y por qué a veces es tan difícil de lograrlo?, ¿cómo podríamos evitar pasar un mal rato en el trato con los demás sin dejar de ser quienes realmente somos?

Los hábitos de una educación informal, es decir, proveniente de la familia, la cultura, el clima, las amistades, el ambiente social y económica que nos inculcan desde pequeños no siempre son tan claros ni evidentes como se espera o esperamos de los demás, lo cual no es poca cosa a la hora de solicitarlo o demostrarlo y así evitar posibles conflictos, frustraciones y confusiones.

En efecto, el arte está en ambas partes, tanto en el que lo pide como en el que lo solicita, e incluso reconocer a la “gente bien educada”, no es sino simplemente, la gente que tiene tacto para detectar las necesidades de los demás, como para sugerirlas con claridad y desenfado. La “gente bien” pocas veces tiene que ver con el estatus social o económico de las personas. Lo que se necesita en más de las ocasiones es seguir ya una norma moral que proponía Kant: “Actúa como si tu norma de conducta fuera elevada a una norma universal”, es decir, actúa como quisieras que te trataran.

La sencillez y sinceridad de pedir o sugerir una necesidad es el primer paso que necesitamos para sentirnos cómodos dentro del ambiente cotidiano ya sea en la familia o en el trabajo. A continuación mencionaré diez básicas que no debemos olvidar:

  1. · Saludar amablemente a los compañeros;
  2. · Evitar comer en las oficinas o sorber las bebidas con el popote;
  3. · Preguntar si alguien le molesta tener la ventana abierta o cerrada;
  4. · No hablar mucho o muy fuerte;
  5. · No preguntar demasiadas cosas o cosas de la vida íntima de los demás;
  6. · Evitar sonarse la nariz enfrente de la gente;
  7. · Comer con la boca cerrada no muy rápido ni muy despacio;
  8. · Evitar temas relacionados con la comida a la hora de la comida;
  9. · Procurar bañarse de preferencia diario e intentar vestir propiamente;
  10. · Llevar las propias bebidas o algún aperitivo a la fiesta.

miércoles, 28 de abril de 2010

¿Dios: invisible o visible?


La semana de pascua fui a vivir una experiencia con Jesús. Estuvo intensa pero la disfruté y me pregunté varias cosas: ¿por qué las personas nos afanamos en ser ateos?

Esta es una pregunta interesante, porque solemos justificar nuestro ateísmo porque Dios es invisible, lejano y difuso.

La cuestión de la invisibilidad puede explicarse como una cuestión de actitud. Si nosotros de entrada nos cerramos a la posibilidad de constatar la presencia de Dios, cerramos automáticamente nuestra mente, es algo así como elegir de antemano a tu enemigo.

El corazón debe estar dispuesto a prestar oídos sin prejuicios ni objeciones heredadas. Un corazón atento puede constatar con palabras claras y sencillas de lo que Dios nos pide. El silencio es el primer paso, encontrarse con uno mismo es el primero miedo que debemos perder, esta confianza nos lleva a experimentar con certeza un amor similiar al de nuestros padres.

El segundo paso es realizar una lectura pausada de la Sagrada Escritura. El canto de los salmos es una vivencia de una gran misericordia a los hombres. Aquí es donde se comprende el primer mandamiento: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”. La cuestión radica en un agradecimiento sincero de sentirse correspondido ante este primer amor experimentado, inmerecido por nuestra pequeñez.

Una vez hecho el diálogo entre Dios y nosotros, constatamos que Dios no es tan lejano. La presencia real y viva de Jesús en la Eucaristía radica en que ese regalo de amor es tan grande y tan inmenso que el alma se llena de alegría y se deja cuativar poco a poco, como un enamoramiento que se siente físicamente… Continuará.