Poseer un buen carro no es pecado; la envidia
o tristeza del coche ajeno sí lo
es.
Comprendo la indignación que puedan sentir los pobres al constatar que mientras unos compran perros de dos mil dólares; sus niños sólo tomen té en lugar de leche. ¿Cómo resolver el problema de la pobreza? Muchos creen que la solución es que los ricos y poderosos repartan su dinero entre los pobres; otros que el gobierno la reparta equitativamente para lograr la igualdad.
El
problema de la desigualdad, la pobreza y la injusticia, es decir, un problema
social como es el hambre no se resuelve con la comida, o el aspecto material.
El ser humano trabaja, inventa, y crea a partir de una curiosidad genuina por
aprender, comprender el mundo y a sí mismo, o incluso para dar solución a un
problema. Los seres humanos no somos simples animalitos motivados únicamente
por un salario que nos dará comida, aunque ésta sea necesaria e imprescindible
para vivir, no es suficiente para emprender un sueño: negocio propio, ideal, una
cura contra el cáncer, o resolver un conflicto social.
La
película “Lluvia de hamburguesas” propone una solución altruista y equitativa
para todos y eliminar el hambre. La película también nos muestra las
consecuencias: si la gente recibe gratis y abundante la comida la desperdicia; el
comunismo de Cuba, Polonia y Rusia también nos mostró las consecuencias al
racionar la comida: el aburguesamiento, mediocridad y tedio ante la vida.
¿Por qué
sucede esto si la comida es material y los números no mienten? Cuando hablamos
de seres humanos no se puede pensar en términos aritméticos. Es común escuchar
opiniones de las personas como: “El presidente debería compartir el dinero
entre los ciudadanos o que el Papa distribuya “su tesoro” entre los pobres. Las
consecuencias de estas propuestas no han funcionado porque se olvidan de que el
ser humano es un ser libre: que puede decidir trabajar o no; auto-motivarse o
no; soñar o quejarse; emprender un negocio o conformarse con algo seguro; de
ser creativo o dejar de soñar.
No
pretendo entablar un debate política de ideologías de izquierda o derecha;
capitalistas o socialistas; feministas o patriarcado; ricos y pobres;
empresarios y asalariados; religiosos o sectarios. Sólo quiero reflexionar y preguntarles
a los partidarios de Marx: ¿creen que la única manera de resolver los problemas
económicos es mediante la agresividad, los plantones, marchar desnudos,
señalando a los empresarios, políticos o autoridades eclesiales como los
causantes de la desigualdad y pobreza en México?, ¿Por qué en lugar de buscar
un chivo expiatorio causante de todo mal no cambiamos nosotros mismos: nos
levantamos más temprano, proponemos soluciones, colaboramos, evitamos dar
mordidas, manipular o chantajear y vamos implantando una cultura de
colaboración, empuje, ayuda social, diálogo, escucha, evitando la envidia que
nada nos aporta?
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