Internet nos permite por primera vez una
comunicación bilateral entre políticos y ciudadanos, ¿esto podría ponernos al
alcance una democracia?
Internet ofrece al ciudadano a que
experimente la libertad política entre sus semejantes sin dominación. Sin
embargo, la experiencia de esta política es frágil, imprevisible, infinita y
condicionada por la pluralidad. Mediante las redes sociales y los foros
públicos las personas pueden formar y apoyara comunidades políticas. Sin
embargo, también por medio de Internet los ciudadanos pueden ser presa de la
demagogia y el engaño. Es por eso que se necesitan exigencias de orden moral y
participación política.
Marcuse también ya se había preguntado en
1964: ¿cómo podríamos distinguir entre medios medios masivos como agentes de
información y entretenimiento y como agentes de manipulación y adoctrinamiento?
“Algunas naciones y
culturas políticas enfatizan la homogeneidad y la obediencia a la autoridad.
Otras enfatizan la iniciativa individual y el pluralismo. La clave para el
futuro de la audiencia masiva está en la interacción sutil entre normas
culturales y políticas y las estructuras de los medios que las transmiten. ¿Qué
podríamos esperar de la interacción entre los nuevos medios y la cultura
política estadounidense?” (Newman, 2002, p. 357).
Por un lado la exigencia de principios
morales como: derechos a la información veraz; exigencia del rechazo a la
especulación y la desestabilización con rumores que pueden atemorizar buscando
una ventaja personal; exigencia de un auténtico ejercicio democrático;
elecciones limpias y transparentes y rechazo a cualquier forma de violencia.
Por otro, explica Newman, con el crecimiento de la alfabetización y los medios
de comunicación, la apertura mental a un cambio de paradigma y la posibilidad
de la participación horizontal.
“Los elementos cruciales de
la teoría de la comunicación y el desarrollo político, entonces son: 1) el
crecimiento de la alfabetización y de las instituciones de comunicación y 2)
una correspondiente apertura psicológica a la diversidad y al cambio en el
contexto de 3) un crecimiento económico gradual y un pluralismo político
transversal”. (Newman, 2002,
p. 126).
El modelo
de equilibrio
Orwell y los teóricos de la sociedad de
masas compartían la preocupación, expresada en la figura, de que la
comunicación política llevada a cualquiera de los extremos, es decir, llevada a
la demasía o a la escasez, podía generar, respectivamente, a un sistema
político intensamente politizado (como el fascismo y el comunismo) o a un
quiebre en el pluralismo democrático (que abriría las puertas a un régimen no
democrático).
En contraste, los teóricos de la
comunicación consideran que las nuevas tecnologías representan un detonante
que, junto con alfabetización, los periódicos, una red de telecomunicaciones y
una autoridad nacional para la radiodifusión pueden ser fuerzas que generen una
abundancia comunicativa que sobrepase las posibilidades de control por parte de
un régimen no democrático y le hagan colapsar.
(Cfr. Newman, 2002, p. 144-145).
Ambas perspectivas, la de los teóricos de
la sociedad de masas y los teóricos de la comunicación, el objetivo en común es
un pluralismo equilibrado: un sistema abierto ni tan centralizado ni tan
descentralizado, con niveles moderados de comunicación política bidireccional. (Cfr. Newman, 2002, p.
145).
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