jueves, 5 de diciembre de 2013

Internet: ¿mera información y entretenimiento o manipulación y adoctrinamiento?

Internet nos permite por primera vez una comunicación bilateral entre políticos y ciudadanos, ¿esto podría ponernos al alcance una democracia?
Internet ofrece al ciudadano a que experimente la libertad política entre sus semejantes sin dominación. Sin embargo, la experiencia de esta política es frágil, imprevisible, infinita y condicionada por la pluralidad. Mediante las redes sociales y los foros públicos las personas pueden formar y apoyara comunidades políticas. Sin embargo, también por medio de Internet los ciudadanos pueden ser presa de la demagogia y el engaño. Es por eso que se necesitan exigencias de orden moral y participación política.
Marcuse también ya se había preguntado en 1964: ¿cómo podríamos distinguir entre medios medios masivos como agentes de información y entretenimiento y como agentes de manipulación y adoctrinamiento?
“Algunas naciones y culturas políticas enfatizan la homogeneidad y la obediencia a la autoridad. Otras enfatizan la iniciativa individual y el pluralismo. La clave para el futuro de la audiencia masiva está en la interacción sutil entre normas culturales y políticas y las estructuras de los medios que las transmiten. ¿Qué podríamos esperar de la interacción entre los nuevos medios y la cultura política estadounidense?” (Newman, 2002, p. 357).
Por un lado la exigencia de principios morales como: derechos a la información veraz; exigencia del rechazo a la especulación y la desestabilización con rumores que pueden atemorizar buscando una ventaja personal; exigencia de un auténtico ejercicio democrático; elecciones limpias y transparentes y rechazo a cualquier forma de violencia. Por otro, explica Newman, con el crecimiento de la alfabetización y los medios de comunicación, la apertura mental a un cambio de paradigma y la posibilidad de la participación horizontal.
“Los elementos cruciales de la teoría de la comunicación y el desarrollo político, entonces son: 1) el crecimiento de la alfabetización y de las instituciones de comunicación y 2) una correspondiente apertura psicológica a la diversidad y al cambio en el contexto de 3) un crecimiento económico gradual y un pluralismo político transversal”. (Newman, 2002, p. 126).

El modelo de equilibrio

Orwell y los teóricos de la sociedad de masas compartían la preocupación, expresada en la figura, de que la comunicación política llevada a cualquiera de los extremos, es decir, llevada a la demasía o a la escasez, podía generar, respectivamente, a un sistema político intensamente politizado (como el fascismo y el comunismo) o a un quiebre en el pluralismo democrático (que abriría las puertas a un régimen no democrático).
En contraste, los teóricos de la comunicación consideran que las nuevas tecnologías representan un detonante que, junto con alfabetización, los periódicos, una red de telecomunicaciones y una autoridad nacional para la radiodifusión pueden ser fuerzas que generen una abundancia comunicativa que sobrepase las posibilidades de control por parte de un régimen no democrático y le hagan colapsar.   (Cfr. Newman, 2002, p. 144-145).
Ambas perspectivas, la de los teóricos de la sociedad de masas y los teóricos de la comunicación, el objetivo en común es un pluralismo equilibrado: un sistema abierto ni tan centralizado ni tan descentralizado, con niveles moderados de comunicación política bidireccional. (Cfr. Newman, 2002, p. 145).


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